Derechos humanos en el mundo – ¿El deporte puede abrir caminos para los derechos de la mujer en Irán?
Sahar Khodayari, activista y aficionada del fútbol femenino iraní, falleció el pasado 8 de septiembre tras inmolarse con gasolina a las puertas del tribunal que la juzgaba en Teherán, Irán. Sahar, fue arrestada en marzo cuando intentó ingresar a un estadio de fútbol a presenciar un partido. Después de ser encarcelada durante tres días, fue puesta en libertad bajo fianza y esperó seis meses para su juicio. Cuando compareció ante el tribunal descubrió que se había pospuesto porque el juez tenía una emergencia familiar. Al regresar a la corte para recoger su teléfono móvil, escuchó a alguien decir que de ser condenada pudiera pasar de seis meses a dos años en prisión. Tras ello, Sahar decide prenderse fuego frente a la corte, resultando su deceso en el hospital días después.
Desde 1981, Irán ha prohibido la entrada de mujeres a estadios deportivos. Como consecuencia, algunas mujeres se visten como hombres para acceder a los partidos, publicando fotos en las redes sociales en protesta, y otras se manifiestan frente a los estadios. La prohibición del estadio no está escrita en la ley o en la regulación, pero las autoridades del país la aplican sin piedad. La prohibición de Irán es una clara violación de las reglas de la constitución de la FIFA, los estatutos y la política de derechos humanos. El artículo 4 de los estatutos dice que la discriminación contra la mujer “está estrictamente prohibida y se castiga con suspensión o expulsión”.
El trágico arresto, el encarcelamiento y el intento de suicidio de Sahar subrayan la necesidad de que Irán ponga fin a la prohibición de que las mujeres asistan a partidos deportivos, y la urgencia de regular organismos como la FIFA para hacer cumplir sus propias normas de derechos humanos. Su historia ha sido seguida de cerca por iraníes de todo el mundo que usaron el hashtag “chica azul”, una referencia a los colores de su equipo favorito, Esteqlal de Teherán.
Por otro lado, este año Irán será sede de un prestigioso torneo internacional de voleibol de playa en la isla de Kish, al sur del área continental en el golfo Pérsico. La prohibición de entrada a los estadios para las mujeres ha generado múltiples reacciones locales e internacionales, tomando en cuenta no solo la coyuntura feminista sino también la popularidad del deporte de voleibol en el país.
De igual forma que en el fútbol, la prohibición es una evidente violación del cuarto principio fundamental de la constitución de la Federación de Voleibol, y de la Carta Olímpica, ambos de los cuales prometen la no discriminación.
Con la obsesión nacional del país por el voleibol, el Kish Island Open, los próximos partidos de la Liga Mundial en junio en Teherán y la posible clasificación del equipo iraní de voleibol para los Juegos Olímpicos de Río en agosto, la Federación de Voleibol y el Comité Olímpico Internacional deben insistir en que la prohibición que impide que las mujeres vean los partidos sea revocada.
El próximo torneo de voleibol de playa masculino podría ser una ocasión de celebración no solo en las canchas de voleibol, sino también para la igualdad en Irán, si las autoridades revocan la prohibición discriminatoria que impide que las mujeres vean los partidos.