El Estado Islámico (ISIS) tomó el control de Mosul en 2014 provocando que miles de familias huyeran de la ciudad e iniciando la guerra civil en el país, la cual “terminaría” 3 años después. En 2017, Irak y el Gobierno Regional de Kurdistán (KRG) retomaron el control de la mayoría del territorio capturado en 2014. Esto inició el intento de ambos gobiernos para erradicar toda presencia de ISIS, lo que significó, entre otras acciones, el arresto de 1,500 niños bajo sospecha de afiliación con ISIS.
La ley internacional prohíbe el reclutamiento de niños por grupos armados. De acuerdo a esta ley los niños que son reclutados son primeramente víctimas y por lo tanto se les debe proveer con asistencia para su rehabilitación y reintegración. Si los niños cometieron algún crimen se debe buscar alternativas aparte del enjuiciamiento y conceder medidas de rehabilitación.
Sin embargo, los niños iraquíes con cualquier tipo de asociación con ISIS son tratados como criminales. El personal de seguridad comúnmente usa tortura para forzar confesiones y, por lo tanto, son sentenciados a prisión con cargos de terrorismo. Las leyes iraquíes permiten que se presenten cargos a personas que no tuvieron algún tipo de contacto con ISIS o que solo participaron en acciones no violentas como cocineros o chóferes.
Al inicio de la guerra civil en 2014 ISIS reclutó a miles de niños para ser usados como suicide bombers, para crear y plantar artefactos explosivos, para patrullar para ser guardias y espías, entre otras funciones. Algunos de los niños fueron forzados mientras que otros entraron por presión familiar, necesidad económica, para escapar problemas familiares o para ganar estatus social; la ideología es raramente la razón para asociarse con estos grupos.
Ya en custodia, los niños que hablaron con Human Rights Watch admitieron que los oficiales de seguridad los interrogaban y torturaban hasta que admitieran asociación. La tortura implicaba golpes en todo el cuerpo usando tubos de plástico,
cables eléctricos o varillas, descargas eléctricas o colocarlos en posturas de estrés por varias horas. Muchos de los niños admitieron asociación sólo para detener la tortura. Por otro lado, al momento del arresto y del juicio la mayoría de los niños no tuvieron acceso a un abogado o a un juicio justo.
Los derechos humanos son aplicables para toda persona, sin embargo, los niños y niñas son especialmente vulnerables por lo que es necesario brindarles derechos concretos que reconozcan y garanticen mayor protección. Los derechos deben garantizar que los niños y niñas desarrollen y disfruten de su vida de la manera más sana para cada uno.