Derechos Humanos en el mundo: periodistas en Medio Oriente.

El 2019 estuvo caracterizado por ser testigo de una gran ola de protestas a nivel global de variados temas vinculantes a los derechos humanos: desigualdad económica, corrupción, el deseo de libertad política de la represión política gubernamental y el cambio climático. Personas en países de todo el mundo como Brasil, Chile, México, Irak, Hong Kong, Palestina, Egipto, Líbano, entre otros, han salido a las calles a ejercer su derecho humano de protestar y exigir un cambio ante aquellos en ejercer su derecho humano de protestar y exigir un cambio ante aquellos en el poder. Tristemente, la mayoría de las protestas han estado caracterizadas por la dura y violenta respuesta del Estado, violando un sinfín de derechos humanos, siendo la libertad de expresión, uno de los derechos más violentados. 

La región de Medio Oriente y el Norte de África ha sido un escenario de importantes protestas sociales.  En Irak, por ejemplo, las protestas comenzaron el primero de octubre y siguen activas a pesar de las gran violencia a la que han sido sometidos los manifestantes por parte del Estado. La razón: la falta de servicios básicos, alta tasa de desempleo, corrupción del Estado y el uso de la fuerza excesiva. Las protestas llevan dos meses y han dejado un legado aproximado de 400 manifestantes asesinados y al menos 15,000 mil más heridos por parte del gobierno. Los periodistas no solo enfrentan peligro de la milicia sino también de fuerzas de la seguridad local y federal. El Primer Ministro iraquí, Adil Abdul-Mahdi, y sus aliados acusan a los medios de comunicación de incitar las protestas contra el gobierno. Desde el 21 de octubre, se han cerrado 12 canales de televisión y varias estaciones de radio por “violar las regulaciones de licencias de medios”. 

Los ataques más violentos se dieron cuando un grupo armado atacó las oficinas de la estación NRT Arabia’s Baghdad, en un intento de sofocar la cobertura de las protestas. Sin embargo, la violencia inició semanas atrás cuando periodistas fueron atacados por agentes de seguridad. “Les dijimos a las fuerzas de seguridad que éramos periodistas autorizados y que solo contábamos a las personas lo que vemos, pero no nos permitieron seguir ejerciendo nuestra profesión”, comentó Hussein al-Khazali, corresponsal de Dijla TV en la provincia de Muthanna. Granadas a oficinas, secuestros, desapariciones y golpizas se han convertido en prácticas comunes en contra de periodistas.  

NetBlocks, un grupo de la sociedad civil especializada en los derechos digitales y la ciberseguridad, encontró que sitios como Facebook, Twitter, WhatsApp e Instagram fueron bloqueados en numerosas ocasiones y durante largos periodos de tiempo desde el inicio de las protestas. También se implementó un toque de queda nocturno en el Internet. Todo esto representa múltiples violaciones a los derechos humanos y una amenaza inminente a la seguridad pública. 

De acuerdo con el Índice Mundial de Libertad de Prensa de 2019, el cual clasifica a 180 países según el nivel de libertad disponible para los periodistas, la región de Medio Oriente y Norte de África es actualmente el espacio geográfico más peligroso para realizar periodismo. Países como Siria (174), Arabia Saudita (172), Irán (170), Egipto (163), Irak (156), Palestina (137) e Israel (88) se encuentran entre los más peligrosos de la región, debido al estado de guerra y crisis sociales continuas que se han presentado en los últimos años. 

Otro ejemplo que ilustra esto, es el aumento en ataques contra los medios que se ha suscitado este año en medio del conflicto entre Israel – Palestina. Desde octubre de 2018 a octubre de 2019 se han registrado 600 violaciones en contra de periodistas palestinos. Un reporte del Sindicato de Periodistas Palestinos (PJS) expone que las violacio

nes más graves fueron los disparos directos en contra de 60 reporteros y otros 43 que fueron heridos por granadas. Actualmente 18 periodistas palestinos han sido detenidos en cárceles israelíes. 

Los fotoperiodistas han sido específicamente atacados, siendo 144 los agredidos. Uno de los casos más viralizados fue el de Muath Amarneh, quien recibió un disparo en el ojo mientras cubría una protesta en Hebrón. “De repente sentí que algo golpeó mi ojo, pensé que era una bala de goma o una piedra. Me llevé la mano al ojo y no encontré nada”, comentó Muath Amarneh. A raíz de ello, varios manifestantes usaron parches en sus ojos en solidaridad ante el ataque. La red social WhatsApp fue bloqueada a periodistas y activistas palestinos para no dar actualizaciones en vivo de la ofensiva israelí en Gaza. 

Por otro lado, en Egipto con el aumento del autoritarismo se ha visto un incremento en el ataque a los medios. Grupos de derechos humanos acusan al gobierno de utilizar las leyes anti-terroristas para justificar la represión en contra de periodistas, activistas y críticos del gobierno. Al igual que en Irak y Palestina/Israel, el gobierno egipcio ha ordenado el allanamiento de oficinas de medios, especialmente aquellas que son independientes. 

Para Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. (CADHAC), el respeto a la libertad de expresión es la base para la construcción de un Estado de derecho y una sana convivencia. De acuerdo con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la libertad de expresión tiene tres funciones primordiales dentro de cualquier Estado: a) garantizar la libertad de compartir información y pensamientos propios y ajenos, b) fungir como herramienta democrática y c) ser un mecanismo para el cumplimiento de los demás derechos.  En derecho internacional, el acceso a la información y la libre expresión son dos caras de la misma moneda, y ambas han encontrado tremendos aceleradores en Internet y otras formas de comunicación digital. Al mismo tiempo, los esfuerzos para controlar el discurso y la información también se están acelerando, tanto por parte de los gobiernos como de los actores privados en forma de censura, restricciones de acceso y actos violentos dirigidos contra aquellos cuyos puntos de vista o consultas se consideran de alguna manera peligrosos o incorrectos. Por lo anteriormente mencionado, es fundamental la protección de la libertad de expresión y manifestación, y se debe tomar en cuenta, que violentando alguna de sus funciones se vulneran las demás.

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