21 de diciembre del 2015
Por su incondicional apoyo: ¡Gracias! Sigamos construyendo juntxs caminos de justicia y paz.
16 de diciembre de 2015
Boletín de Prensa No. 1512/46
Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos A. C. (CADHAC) exhorta al gobierno del estado de Nuevo León a que haga una revisión exhaustiva de las mejores prácticas internacionales para abatir la sobrepoblación de los centros penitenciarios, antes de tomar decisiones que solamente agravarán el problema, como es la construcción de nuevas cárceles o privatizar el sistema carcelario.
Es preocupante que el gobierno del Estado esté considerando reactivar la construcción del centro penitenciario en el municipio de Mina, cuando lo que se requiere no son más cárceles, sino efectuar una revisión de los expedientes de todos los internos e internas para otorgar los beneficios de ley -libertad anticipada, institución abierta, arraigo domiciliario- a todos aquellos que ya cumplieron las tres quintas partes de la pena, no cometieron delitos graves o permanecen recluidos solamente porque no tienen dinero para pagar la fianza; o bien, que se encuentran en situación vulnerable –tercera edad, enfermedades crónico-degenerativas o terminales, discapacidad-.
Hay que destacar que la tendencia internacional es a implementar medidas alternas a la prisión, como son el uso de localizadores o brazaletes electrónicos, el trabajo comunitario, el tratamiento en libertad, las instituciones abiertas, la cancelación de licencia de conducir, multa reparadora, confinamiento domiciliario, prohibir la convivencia con personas determinadas, suspender ciertos derechos, entre otras. Por tanto, el gobierno estatal tendría que analizar la forma de implementar de manera amplia medidas alternas a la prisión, si lo que se busca es abatir la sobrepoblación carcelaria.
Otro pendiente del gobierno estatal es revisar y plantear al Congreso la reforma al Código Penal para que los procesados no permanezcan en prisión el tiempo que dura el juicio, pues actualmente el 40% de los internos e internas en los penales de Nuevo León son personas que están a la espera de que se les dicte sentencia, algunas de ellas llevan años en esta situación. Otra reforma necesaria implica la reclasificación de los delitos que son considerados graves en el Código Penal y que por tanto obligan al imputado a permanecer en prisión durante el juicio y no admiten fianza. Hay que recordar que a partir de 2006 se han efectuado sucesivas reformas al Código Penal para el Estado de Nuevo León que ampliaron el catálogo de delitos graves y elevaron las penas, produciendo como efecto una elevación de la población penitenciaria. Esto debe cambiar, y ajustar a la Constitución la tipificación de los delitos y su gravedad.
Vale la pena recordar que en un sistema democrático la privación de la libertad debe ser el última opción que tomen las autoridades para sancionar a quienes infrigen la ley.
Por otro lado, considerar como opción privatizar las cárceles revela el desconocimiento de las autoridades sobre los efectos contraproducentes de estas medidas documentados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y el Instituto Latinoamericano de Naciones Unidas para la Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente (ILANUD) en el sentido de que se termina dejando de lado la finalidad del sistema penitenciario que es la reinserción social, que constituye además una obligación del Estado.
CADHAC hace un llamado urgente al gobierno estatal para atienda y resuelva el problema de la sobrepoblación de los centros penitenciarios tomando como punto de partida el respeto irrestricto a los derechos humanos de los y las internas, y retomando las mejores prácticas internacionales para implementar medidas alternas a la prisión. Sin una reinserción exitosa no podremos reconstruir el tejido social y así conseguir una comunidad respetuosa y pacífica.
14 de diciembre del 2015
Boletín de Prensa No. 1512/45
“A través de su ayuda humanitaria, la Unión Europea apoya a CADHAC”.
Hoy, Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. (CADHAC) y el Grupo AMORES, presentaron el libro “Te seguiré buscando…historias de vida de personas desaparecidas“, escrito por sus seres más cercanos.
“Te seguiré buscando… historias de vida de personas desaparecidas”, rompe la intención de dejar a miles de personas en la oscuridad, en el olvido, sin justicia, sin vida. El libro incluye las historias de vida de 18 hombres y 2 mujeres, víctimas de la violencia en Nuevo León, México. A través de estas historias, mamás, hermanas e hijas, integrantes de AMORES, les hacen presentes.
En el evento de presentación, que se llevó a cabo en el Museo del Noreste, estuvieron como invitados especiales: Juana Catalina Estala, integrante del Grupo AMORES, Alan García, de la Oficina en México del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y Ariel Dulitzky, miembro del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de Naciones Unidas.
“Las historias aquí reunidas se tejieron desde el vientre, la gestación o el recuerdo primario de la infancia hasta un día trágico en el que inició la zozobra y el suplicio de la desaparición del ser querido. Es un libro que nos muestra una vida fracturada, mutilada por la desaparición. Invito a leer el texto, a que hagan de este libro un vehículo que les inspire a emular conductas y remontar infortunios. Ese será el mejor homenaje que las valerosos mujeres que se atrevieron a describir en unas cuantas páginas los tiempos idos esperan de quienes aquí nos congregamos”, dijo Alan García durante el evento.
Además se presentó un video realizado especialmente para este día por alumnos y alumnas del Tec de Monterrey. (aquí la liga del video: https://www.youtube.com/watch?v=HjHRavQOsX8&feature=youtu.be) En este video se muestra un poco de lo que se puede encontrar en esta publicación.
Próximamente daremos a conocer en dónde podrán obtener este libro.
11 de diciembre del 2015
(Publicado en El Norte y Reforma)
La hermana Consuelo Morales, fundadora de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. (CADHAC), recibió ayer el Premio Nacional de Derechos Humanos. Se premió su destacada labor a favor de personas desaparecidas en Nuevo León.
El paso de los años y el número que, por miles, se acumula no puede seguir siendo como el paisaje. Se puede y debe encontrar a los desaparecidos, es el mensaje principal.
Es indispensable que la experiencia vivida en Nuevo León sea entendida, valorada y, sobre todo, replicada a nivel nacional.
La hermana Consuelo, su organización, las familias organizadas, asesorías especializadas y la actuación del anterior Procurador, Adrián de la Garza, lograron entender las claves del fenómeno, su naturaleza y las pautas de actuación de los diferentes actores.
El impulso dado por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, de Javier Sicilia, resultó fundamental para detonar el trabajo de organizaciones y familias en todo el País y especialmente en Nuevo León con esta experiencia.
Identificaron, por ejemplo, que la relación del fenómeno de la tortura policiaca en Nuevo León y el fenómeno de las desapariciones tenían un punto de conexión. Identificaron que la policía había sido penetrada y que agentes del Estado eran parte activa en los casos de desapariciones. Entendieron, también, que la acción inmediata frente a una desaparición resulta crucial.
Crearon, hace menos de dos años, el Grupo Especializado de Búsqueda Inmediata (GEBI), con el que han logrado niveles de eficacia muy altos.
En el periodo marzo 2014-marzo 2015 se reportaron mil 602 personas desaparecidas, de las cuales encontró a mil 407.
De ese número, mil 359 fueron encontradas con vida. Señalan un 88 por ciento de efectividad en el primer caso y 97 por ciento en el segundo.
Es de destacar el estrujante dato de que el mayor número de desapariciones (746 personas) corresponde al rango de edad “mayores de 12 y menores de 18 años”.
El protocolo de actuación que desarrollaron y el establecimiento de un equipo especializado cuya única tarea es, precisamente, la búsqueda de personas han arrojado notables resultados.
En casi el 90 por ciento de las denuncias presentadas y atendidas en este contexto se logró conocer el paradero de las personas dentro de las primeras 72 horas. La inmediatez en la actuación marca una diferencia profunda.
Ayer, en el marco de la entrega del Premio, Enrique Peña Nieto anunció la firma de las Iniciativas de Ley para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Desaparición de Personas y para la Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar la Tortura.
México llega tardísimo a estos instrumentos si nos atenemos al número de casos acumulados. Sin embargo, no puede soslayarse la importancia de que se instrumenten medidas en este sentido.
Habremos de seguir lo que digan los expertos sobre sus contenidos. Importa, por lo pronto, que se coloque como primer eje la creación del “Sistema Nacional de Búsqueda”, que se anuncie la creación de un Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizables; la del Registro Nacional Forense y la de un Consejo Ciudadano para asesorar y emitir opiniones sobre el Sistema Nacional de Búsqueda.
Por increíble que parezca, México carece de todo lo anterior y ésa es parte de la tragedia.
Peña Nieto dijo que ambos proyectos de ley fueron producto de la consulta y que participaron especialistas, legisladores, organizaciones y representantes de víctimas para su elaboración y que fueron enriquecidas por organismos internacionales como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
Esperemos que esto sea la antesala para enfrentar, verdaderamente, el tema de las desapariciones y la tortura. Ya no hay más tiempo. La crisis mexicana en esta materia es ya insostenible.
Ariel Dulitzky, presidente del Grupo de Trabajo Sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias de la ONU, escribió que, en alguna ocasión, la madre de una persona desaparecida le pidió que transmitiera una pregunta a todas las autoridades: “Si su hijo hubiese desaparecido, ¿qué haría usted?”.
“En esa pregunta”, coincido con Dulitzky, “no sólo se resume el calvario que sufren las familias, sino que sintetiza el llamado a la adopción de políticas públicas eficaces y eficientes para asegurar los derechos a la verdad, a la justicia, a la reparación y a la memoria”.
opinion@elnorte.com
Leer más: http://www.elnorte.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=77696#ixzz3u1ZJbRLL
Follow us: @elnortecom on Twitter
10 de diciembre de 2015
Palabras de la Hermana Consuelo Morales
Entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos
Muy buenas tardes:
En representación de quienes hemos construido a lo largo de los años, y de quienes hoy formamos el equipo de CADHAC, recibo con humildad y gratitud este premio.
Ante todo, lo recibo sabiendo que es, en esencia, un reconocimiento a las víctimas que CADHAC acompaña, quienes con su inquebrantable amor y su inmenso anhelo de justicia impulsan los pequeños esfuerzos que hacemos para estar a la altura de una tarea, que en ocasiones, parece rebasarnos en este México adolorido.
Como CADHAC, agradecemos especialmente a la CNDH, su Presidente y su Consejo por este reconocimiento, que saludamos como una señal más del necesario proceso de renovación emprendido por esta administración, proceso que esperamos se siga traduciendo en mayor cercanía con la sociedad civil y las víctimas.
Hace más de veinte años, cuando fui enviada por mi Congregación a Monterrey a iniciar un proyecto de justicia, ni siquiera en nuestras más pesimistas proyecciones habríamos podido anticipar que en pocos años documentaríamos cientos de desapariciones en Nuevo León. Las consecuencias humanas de la indiferencia gubernamental y social que por muchos años prevaleció, son inconmensurables: hablamos de miles de familias desgarradas por la violencia.
Algunas de ellas nos acompañan esta tarde, y las nombraré para recordar esos rostros concretos que dan sentido y horizonte a nuestra labor. La Sra. Juany Estala, quien desde la desaparición de su hijo Cruz, en octubre de 2012, ha venido cuidando a Anyelo, quien hoy tiene 6 años. Él, sin aparentemente saber bien a bien de qué se trata, acompaña a su abuela cada semana a CADHAC, donde ella participa en las reuniones con otros familiares, mientras él convive con niños y niñas en terapias de juego, que le han ayudado a ir comprendiendo y adaptándose a esta terrible realidad.
María de la Luz, quien busca a su hermano Matías, desaparecido en mayo de 2014, teniendo como único rastro la vivienda saqueada de donde se lo llevaron en Mainero Tamaulipas de donde fue sustraído. Recientemente tuvo noticias de que en cierto lugar de Tamaulipas lo puede encontrar, ella y su familia acudieron allá con la esperanza de saber algo de él, sin embargo no lograron saber nada de su paradero.
Ellas son dos de las madres, hermanas, hijas, padres, hermanos e hijos que conforman el Grupo Amores, a quienes sus seres queridos les fueron arrebatados por la violencia. Amores es un grupo, en su mayoría, de familiares de personas desaparecidas, que viven cotidianamente la incertidumbre y la zozobra que esa atroz práctica genera en las familias, pero cuya lucha descansa siempre en un “te seguiré buscando”.
A las y los familiares que no pudieron acompañarnos, les llevamos en nuestros corazones. Por ejemplo, madres como Evan Luján, que no pudo venir por cuestiones de salud y que desde 2011 clama justicia ante la ejecución extrajudicial de su hijo Gustavo, cometida por las fuerzas armadas, que mencionaré mas adelante; familiares como Doris y su esposo Julio, quien presenció el momento en que miembros de la delincuencia se llevaron de su propio negocio a su hijo Daniel, sin que hasta hoy, hayan vuelto a saber de él. O madres como Luz María, quien desde el momento inmediato en que los policías desaparecieron a su hijo y sus cuatro compañeros, les ha venido buscando desesperadamente.
La firme interpelación de víctimas como las que he nombrado, y la horrorosa escala de las desapariciones a la que me he referido, aparentemente, han terminado por ser inocultables, aunque en la realidad esto no ha significado aún un cambio favorable en sus vidas… Las familias sobreviven, buscando en soledad.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en fecha reciente, han confirmado con precisión este diagnóstico, reiterando algo que los mexicanos hemos sabido por años: México vive una crisis profunda de violaciones a derechos humanos. Esta situación, hoy, debe reconocerse sin regateo.
Pero como defensoras de derechos humanos, nuestra tarea también implica atesorar la esperanza. ¿Cómo se puede revertir el panorama desolador que con sus oscuros nubarrones parece a veces irremediable?
En CADHAC consideramos que caminando con las víctimas, y dialogando con las autoridades existen cuatro claves que, comparto con ustedes, pues aunque nos falta mucho camino por recorrer, estas cuatro pautas nos ha ayudado a dar algunos pasos al lado de las víctimas, en estas horas oscuras.
Primero. No criminalización de las víctimas.
Hemos visto llegar a cientos de familiares de personas desaparecidas a nuestra oficina, en búsqueda de verdad y justicia. Es impresionante la valentía con la que buscan, a pesar de los prejuicios de las autoridades, la sociedad y los propios familiares, quienes típicamente dicen “seguramente andaban en malos pasos”, o bien culpan a las madres, por haberles mal educado.
Es por eso que hoy más que nunca, resulta imperativo que el principio de presunción de inocencia se traduzca en una realidad cotidiana.
Nadie está en el lugar equivocado, y no existe justificación para que alguna persona sea desaparecida.
Segundo. Solos, solas no podemos.
Es necesario reconocer con humildad que el problema es inmenso, y que solos, familiares, organizaciones de la sociedad civil, o autoridades, no lo pueden lograr. Se necesita de un esfuerzo conjunto. Por ello, debemos iniciar un ejercicio de reconocimento de las responsabilidades y capacidades para que los tres actores, aporten lo mejor sí. Con muchas dificultades, tanto familiares, autoridades y nosotras, como organización civil, hemos logrado asumir y controlar nuestros propios prejuicios, abriendo canales de diálogo y respeto.
Esto nos lleva a lo que, desde nuestra perspectiva, es la columna vertebral de todo sistema o política para la atención de víctimas: entender y respetar el lugar central que ellas tienen.
Desde junio de 2011, mes a mes son las propias familias de los desaparecidos, del Grupo Amores, quienes se sientan a revisar con los funcionarios de la Procuraduría Estatal sus expedientes. Ellas son las que han logrado revertir el trato impasible de las autoridades frente al drama de las desapariciones.
Lamentablemente, la indiferencia, sigue siendo la cara de muchas de las instituciones públicas en el estado de Nuevo León, y del país entero. Debemos entender que, sin este cambio de concepción, nada puede hacerse.
Tercero. Recursos legales y materiales.
Al acompañar a las familias, nos hemos dado cuenta de la extrema vulnerabilidad emocional, económica y social, que trae como consecuencia la desaparición de un ser querido. Por ello resulta imperativo trabajar en leyes que nivelen esa situación, y abonen a menguar las dificultades a las que se encuentran día con día las víctimas que exigen sus derechos.
En Nuevo León, CADHAC y el Grupo Amores, logramos la tipificación de la desaparición forzada en el Código Penal del Estado. A nivel Federal, seguimos esperando la prometida Ley General para Prevenir y Sancionar la Desaparición Forzada. Una Ley que para ser eficaz, deberá retomar los aportes que las familias han propuesto, bajo la consigna “Sin las familias, NO”, una ley que no sea letra muerta, sino que tenga impacto en la práctica.
Por otro lado, es indispensable asignar recursos económicos y humanos para las técnicas de búsqueda que utiliza el Estado. Debemos contar con laboratorios y personal competente, para que se obtengan perfiles géneticos confiables, que permitan identificar las partículas de restos que se encuentren en nuestro Estado y en todo el país; asimismo, es urgente una base de datos de desaparecidos completa y confiable. En este sentido, lamentamos profundamente la disminución del presupuesto federal destinado para la investigación y la búsqueda en casos de desaparición.
En Nuevo León, hemos logrado impactar en cambios en el diseño institucional de la Procuraduría, lo que nos ha permitido que de 1,327 personas reportadas como desaparecidas, 152 hayan sido localizadas, de éstas 67 vivas y 85 mediante perfiles genéticos. Se han consignado a 63 presuntos responsables, de los cuales 17 han sido sentenciados (entre ellos algunos eran policías).
Entre otros aportes, podemos destacar también el Protocolo Búsqueda de Personas Desaparecidas, lo que se concretó en marzo de 2014, en el Grupo Especial de Búsqueda Inmediata –GEBI- que funciona las 24 horas del día los 365 días del año.
Estos pequeños avances en la asignación de recursos legales y materiales muestra que hay cambios urgentes que deben realizarse en el terreno de la procuraión de justicia frente a la crisis de desapariciones. No realizar estos cambios en todo el país seguirá generando afectaciones a las familias, como hoy lo vemos en Tetelcingo, Morelos.
Cuarto. La justicia y el apoyo internacional son centrales.
La última clave es esencial. Por más cambios que se realicen en nuestro marco legal o en el trato a las víctimas, si no hay justicia y verdad faltará lo más relevante.
Urgen medidas extraordinarias para que haya justicia y verdad plenas, frente a los casos de graves violaciones a derechos humanos. Seguimos arrastrando casos como el de la ejecución extrajudicial de Gustavo Acosta en septiembre del 2011 por miembros de la Marina, quienes le dispararon en la frente dejándolo sin vida en su propia casa, acusándolo posteriormente de manera infundada como criminal.
Casos como el de Armando del Bosque, en Anáhuac, N.L,, quien en 2013 luego de denunciar amenazas recibidas por parte de la delincuencia organizada, fue detenido por miembros de la Marina, y posteriormente encontrado sin vida.
Si bien hay evidencia de participación de actores del estado, en ninguno de estos dos casos, ni en muchos más, han llevado a los responsables a la justicia.
Casos de impunidad como estos se cuentan hoy por miles en todo el país. Viene a mi mente también el caso de la Mina de Pasta de Conchos, en donde aunque los familiares saben dónde están sus seres queridos, no pueden tenerlos consigo, por la falta de diligencia y justicia del Estado.
Existe pues una urgentísima necesidad de erradicar la impunidad, ya que de lo contrario nuestros esfuerzos serán en vano. Se requieren cambios profundos en la estructura de las procuradurías, pues es, en nuestros ministerios públicos, en donde existen los nudos más gruesos de impunidad.
En este punto, es menester decir que el apoyo internacional es vital. El trabajo que hemos impulsado en Nuevo León, se ha visto cobijado por la presencia y asesoría constante de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas y por otros expertos internacionales.
Por otro lado, las visitas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el trabajo que realizan sus expertos han sido vitales para avanzar en el camino de la justicia.
Hay que decirlo claramente: La crisis mexicana no se generó por un exceso de apertura a la supervisión externa; más bien, es una realidad tangible ocasionada por causas estructurales y así debe ser reconocida. Es inaceptable que desde el Estado se ataque, malinterprete o minimize a estos actores que vienen a ayudar en un esfuerzo que requiere del concurso de todos y todas. Como dijo el Alto Comisonado, hay que atender el mensaje sin matar al mensajero.
Estas cuatro claves que me he permitido compartir con ustedes han contribuido a que en el estado de Nuevo León podamos dar pequeños pero firmes pasos. Sobre estas claves podría afianzarse una política de Estado que empezara a revertir la crisis de derechos humanos que hoy vivimos.
Por ello, no puedo dejar pasar la ocasión para hablarle a su corazón señor Presidente, para pedirle que se deje tocar por el dolor de tantas familias afectadas a causa de la violencia. Para instarle a que impulse en esta segunda mitad de su sexenio, una agenda centrada en estas cuatro claves. Con respeto y humildad, me atrevo a decirle que su legado se juega también en esta agenda, pues hemos visto que ningún plan de reformas económicas puede prosperar si no está basado en un fortalecimiento del Estado de Derecho que ponga al centro los derechos humanos. Rezo a mi Dios, que es el Dios del amor, para que lo guíe en esa tarea.
Quisiera concluir invocando la presencia, las palabras y el testimonio de un mexicano que no fue honrado con este premio nunca, pero que sin duda tiene el reconocimiento más alto de muchos y muchas que hoy trabajamos por los derechos humanos en México. Me refiero al jtatic Samuel Ruiz, quien entendió que el objetivo de la humanidad se orienta hacia la dignidad y felicidad, expresadas hoy mediante el respeto a los derechos humanos.
En horas especialmente difíciles -pero también de gracia- el jtatic Samuel Ruiz, inspiración señera para quienes desde una fe tolerante y respetuosa abrazamos la causa de la justicia, escribió: “Haciendo el esfuerzo de interiorizar en nuestro corazón el sufrimiento o la angustia del otro, estaremos en mayor disponibilidad para comprender, saber escuchar y cambiar nuestro corazón”. En esto radica la esperanza, que se fortalece día a día, como lo muestran los familiares del Grupo Amores cuando a pesar de tener sus corazones destrozados, se unen y se ponen de pie en la búsqueda de sus seres amados, interiorizando como propias las vivencias de sus semejantes.
Hoy, la compleja situación del país nos llama a cambiar el corazón como lo sugería Don Samuel. Iniciemos ese camino interiorizando en nosotros el sufrimiento y la angustia de tantos otros y otras que sueñan con que el mañana traiga consigo paz, justicia y dignidad a nuestra casa común; un mañana en el que un sol “despeinado y dulce / claro y amarillo” como fue el que abrazó a Alfonso Reyes en Monterrey, vuelva a brillar en toda nuestra patria.
No están solas… les seguiremos buscando
Muchas gracias.
3 de diciembre de 2015
Boletín de Prensa No. 1512/44
“A través de su ayuda humanitaria, la Unión Europea apoya a CADHAC”.
Hoy se llevó a cabo la reunión 24 entre Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. (CADHAC), la Agrupación de Mujeres Organizadas por los Ejecutados, Secuestrados y Desaparecidos de Nuevo León (AMORES) y la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León (PGJNL).
Se revisó el avance en la investigación de 32 expedientes que incluyen 81 personas desaparecidas (63 hombres y 18 mujeres). Es importante señalar que dentro de estos 32 casos hay 6 que por primera vez participaron en las mesas de trabajo.
Consideramos que esta reunión es de suma importancia porque es la primera que se realiza con la nueva administración del Gobierno de Nuevo León, con quien esperamos poder continuar el trabajo que desde 2011 hemos venido realizando en conjunto CADHAC, integrantes del grupo AMORES y autoridades de la PGJNL.
Uno de los aspectos que nos parece muy positivo es que el Procurador Roberto Flores Treviño haya dejado a los coordinadores del Ministerio Público que en estos años han supervisado la investigación de los casos que lleva CADHAC, en respuesta nuestra petición durante la reunión que sostuvo con el Gobernador Jaime Rodríguez el 5 de noviembre. Confiamos en que siga habiendo voluntad política para continuar y mejorar el trabajo de búsqueda de personas desaparecidas en Nuevo León.
Ante la dificultad que está habiendo con algunos casos de desaparición más antiguos, creemos que además de dar continuidad a este sistema de trabajo con la PGJNL, uno de los grandes retos es fortalecer el área de periciales y construir nuevas formas para localizar e identificar a las personas desaparecidas.
En estas 24 reuniones se han revisado 140 expedientes correspondientes a 234 personas desaparecidas (200 hombres y 34 mujeres). De estas investigaciones se han consignado a 63 personas por su probable responsabilidad, de las cuales 17 ya han sido sentenciadas. Cabe señalar que de las 63 personas consignadas, 18 tenían carácter de policía o de oficial de tránsito al momento de realizar el hecho delictivo.
Permaneceremos atentos y dando seguimiento a lo externado por el gobernador Jaime Rodríguez en la reunión que sostuvo con el Grupo Amores en donde afirmó que se le dará seguimiento al trabajo construido desde 2011 y no sólo eso, sino mejorarlo. Seguimos en la búsqueda de verdad y justicia hasta saber dónde están.