¿Necesidad real o creada?

24 de junio de 2009
Comunicado No. 0609/021BP

¿Necesidad real o creada?

Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A. C. (CADHAC), por este conducto manifestamos nuestra preocupación por la posibilidad de que la Administración Pública estatal concrete el proyecto de edificar un nuevo centro penitenciario, sin contar con un estudio o diagnóstico que justifique la necesidad de construirlo.

Dicha preocupación deriva del hecho de que en el Estado ya existen tres centros de readaptación o reinserción social y sólo en uno de ellos, el Topo Chico, se reporta una pequeña sobrepoblación y en ninguno de ellos se reporta la prestación de servicios eficientes, apegados a las normas constitucionales vigentes y a los estándares internacionalmente aceptados.

Antes de realizar una obra suntuaria e innecesaria, deben adoptarse las medidas que, por lógica, son útiles para abatir la sobrepoblación que pudiera alegarse existe, como son:

  • Crear y utilizar mecanismos que permitan privar de la libertad a las personas solamente después de que judicialmente se haya acreditado su responsabilidad en un hecho delictuoso; es decir, evitar lo más posible el uso de la prisión preventiva;
  • Remitir a los reos inimputables a espacios de salud especializados, por tratarse de personas enfermas y no de delincuentes;
  • Realizar una revisión puntual de la situación jurídica de cada uno de los internos, para identificar aquéllos que pueden obtener el beneficio de la libertad anticipada y proceder a otorgársela.

En el estudio denominado Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria publicado en este año por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, se aprecia que la calificación de Nuevo León con relación a la calidad de los servicios que se prestan en los penales ha descendido, ya que en el año 2006 fue de 7.27 y en el 2008 cayó a 6.69; fueron evaluados 56 indicadores, encontrándose 50 de ellos con calificación a la baja y sólo 6 a la alza, lo cual evidencia el detrimento de la calidad de dichos servicios en la actual Administración y obliga a revisar escrupulosamente si es o no necesario construir un nuevo penal.

Las reiteradas quejas presentadas por internos e internas y sus familiares con relación a actos de tortura, malos tratos, falta de oportunidades de empleo y de actividades deportivas y culturales, aplicación de castigos desmedidos e ilegales, deficiente alimentación e insuficiencia de servicios psicológicos y médicos, así como respecto a las indignantes revisiones corporales que se practican en la persona de los visitantes, ratifican que lo que sí se requiere urgentemente es la revisión y modificación de los procedimientos que se siguen en la prestación de los servicios penitenciarios, así como la verdadera profesionalización de los prestadores de los mismos, evitando la participación de personas carentes del perfil necesario, como lo

son algunos celadores señalados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos como presuntos responsables de actos de tortura.[1]

El endurecimiento de las sanciones penales, el abuso de la prisión preventiva, la preeminencia de grupos de control al interior de los espacios penitenciarios en oposición a los representantes del orden, el probable tránsito o tráfico de drogas y de armas, la corrupción y la impunidad, son factores que deben ser analizados para proceder a su erradicación antes de  gastar el dinero público en un rubro en el que las autoridades han demostrado ser negligentes.

De nada serviría realizar una millonaria inversión económica y contar con un moderno edificio si no se cuenta también con una política pública integral, que incluya personal debidamente calificado y probado en su honestidad, profesionalismo, capacidad y disponibilidad de trabajo en un área que es singularmente sensible y trascendente para toda la sociedad, como lo es la reinserción social.

Como Estado, debemos decidir conscientemente si nuestro proyecto social es seguir propiciando las condiciones que generan delincuencia y, por tanto, la necesidad de contar con más espacios penitenciarios, o si enfocamos nuestra determinación y recursos a lograr que mejoren las condiciones socioeconómicas de la población y los servicios de seguridad pública y procuración y administración de justicia, para lograr que prevalezca el Estado de Derecho sin necesidad de encarcelar a más gente y de gastar más dinero del erario en servicios que no cumplen el objetivo de lograr la reinserción social del delincuente.

Exhortamos nuevamente a las autoridades estatales a analizar amplia y públicamente la viabilidad de un nuevo penal y, con suma responsabilidad en el ejercicio de la función que les está encomendada, descartar su edificación.

Fraternalmente

CIUDADANOS EN APOYO A LOS DERECHOS HUMANOS, A. C.


[1] Recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos No. 42/99

La sordera reincidente

19 de junio de 2009

Comunicado No. 0609/020BP

La sordera reincidente

Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A. C. (CADHAC), por este conducto reiteramos nuestra inconformidad y repudio a los operativos y la ilegal actuación del ejército y la policía federal en la “investigación” abierta respecto de elementos de las policías de Escobedo y San Nicolás de los Garza, Nuevo León, misma que se sigue en procesos penales del fuero común.

Reprobamos la repetida indiferencia y sordera de las autoridades estatales y municipales ante los señalamientos ciudadanos referentes a:

  • la anticonstitucional participación del ejército en tareas relativas a la seguridad pública de esta Entidad Federativa Soberana,
  • la indebida participación de la policía federal en asuntos locales (bloqueo de calles),
  • las diversas violaciones a las garantías de seguridad jurídica de los policías detenidos,
  • las irregularidades cometidas en las detenciones basadas solamente en narcolistas

Demandamos se castigue a quienes verdaderamente sean responsables de delitos y se reconozca la inocencia de quienes no hayan cometido ilícito alguno, y para ese efecto exigimos que las autoridades competentes den estricto cumplimiento a la ley; es decir, se realicen a priori y con la debida oportunidad las investigaciones profesionales, imparciales, completas y apegadas a Derecho que resulten necesarias para acreditar la posible existencia de delitos y la probable responsabilidad de las personas a quienes se pretenda privar de la libertad, para que así los procesos penales puedan integrarse correctamente y culminar con sentencias justas y legales.

De nada sirve que sólo como una expresión mediática (coincidentemente en pleno proceso electoral) se detenga inconstitucionalmente a un gran número de agentes policíacos, para luego verse en la necesidad de dejarlos libres por falta de pruebas. Ello constituye un abuso de poder y un espectáculo que incrementa la percepción de inutilidad de nuestro sistema gubernamental, al tiempo que recrudece la desconfianza de la ciudadanía, sobre todo porque casualmente los que ya recuperaron su libertad son los altos mandos; es decir, quienes son los más obligados a estar enterados del quehacer y la conducta de sus subordinados ahora acusados.

¿Es creíble que los jefes no sepan lo que hacen sus empleados?…, que éstos se atrevan a hacer ilegalidades sin que sus jefes lo aprueben?…, que quienes tienen a su alcance toda la información estén ignorantes de lo que sucede en su ámbito de trabajo y no estén involucrados en los delitos que se presume existen?…

Es necesario que la autoridad responsable de la investigación, el Ministerio Público- y no cuerpos militares- sea quien realice esta labor de manera eficaz, que permita someter a la ley a quienes sí sean responsables de actos atentatorios al bienestar de la comunidad. Es inaceptable  utilizar los procesos legales sin fundamento y sólo como un medio de distracción o ataque.

Toda acción en contra de la delincuencia organizada carece de legitimidad si se ejecuta violentando la ley, la soberanía de las entidades federativas y los derechos humanos de los presuntos responsables; además, propicia la impunidad y el creciente deterioro del Estado de Derecho.

Exigimos a los servidores públicos estatales y municipales cumplir con el mandato constitucional de respetar y hacer respetar la Constitución y demás leyes, y se comprometan a erradicar los operativos y demás acciones que transgreden el orden jurídico vigente.

¡No a la impunidad, sí a la legalidad!

Fraternalmente,

CIUDADANOS EN APOYO A LOS DERECHOS HUMANOS

La aplicación selectiva de la Ley

12 de junio de 2009

Comunicado No. 0609/019BP

La aplicación selectiva de la Ley

Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A. C. (CADHAC), organización de la sociedad civil sin fines de lucro que desde 1993 se dedica a la promoción y defensa integral de los derechos humanos, por este conducto manifestamos nuestra inconformidad por: a) la selectiva y discriminatoria respuesta de las autoridades gubernamentales a la obstrucción de la vía pública realizada por policías municipales de San Nicolás de los Garza y Escobedo; y b) los ilegales “métodos de investigación” aplicados por la policía federal y/o el ejército en contra de algunos elementos de policía municipal en las instalaciones de la Academia Estatal de Policía, con la complacencia de las autoridades estatales.

Aunque no estamos de acuerdo con el delito de “obstrucción de la vía pública”, nos parece sumamente grave la aplicación selectiva de la ley, al no sujetar a proceso a todos los policías que bloquearon importantes avenidas del municipio de San Nicolás de los Garza, puesto que dicha conducta actualmente sí constituye un delito. Es evidente que las autoridades estatales y municipales aplican todo el peso de la ley a hechos o situaciones de esa índole realizados por ciudadanos, más no a los efectuados por servidores públicos, siendo que éstos son los más obligados a acatar la ley y a no utilizar sus uniformes, insignias y armas en interés propio, así como a no poner en riesgo la seguridad de la comunidad.

En cuanto a los operativos federales llevados a cabo por militares, reiteramos que son inconstitucionales por violentar las disposiciones del artículo 14, conforme al cual las investigaciones de los hechos delictuosos debe realizarlas el Ministerio Público antes de privar de la libertad a los presuntos responsables y no después de ello. Además, al realizar las investigaciones debe de abstenerse de infligir tortura o malos tratos a los presuntos involucrados. De nada sirve que la actual administración pública haya formalmente adoptado el Protocolo de Estambul[1], si en los hechos no lo aplica, permite y tolera la práctica de la tortura e incluso autoriza que un servidor público que fue señalado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos como presunto responsable de actos de tortura continúe desempeñando funciones públicas como custodio de menores de edad privados de la libertad[2].

Y por si no fueran suficientes abusos la detención arbitraria y la tortura, ahora los elementos policíacos afectados están siendo amenazados de no volver a ocupar sus puestos sino hasta que

hayan aprobado “pruebas de confianza”, ¿Acaso no basta con ser inocente de un delito y por ello recuperar la libertad? ¿Qué no dice la ley que la relación de trabajo se suspende por la detención del trabajador y se reanuda al recuperar éste la libertad por absolución?[3]

También es sabido que hay ciudadanos que han sufrido abusos y delitos a manos de policías y a pesar de que esos ciudadanos afectados los señalan y reconocen como los responsables de un ilícito, continúan en libertad y el Ministerio Público Especializado en Delitos Electorales y de Servidores Públicos no ejerce acción penal contra ellos.

La contundente realidad nos dice que las autoridades estatales y municipales se alían con las autoridades federales para violentar los derechos fundamentales de los policías y se alía con éstos para violentar los de los ciudadanos.

¿Hasta cuándo las autoridades municipales, estatales y federales seguirán aplicando (manipulando) selectivamente la Ley sólo en beneficio de sus intereses propios?

Nuevamente exigimos a las autoridades competentes se apeguen a criterios de legalidad y justicia, sancionando las acciones contrarias a la ley, independientemente del rol de los presuntos responsables a fin de que avancemos en el camino democrático, respetando  el Estado de Derecho.

¡No a la impunidad, sí a la legalidad!

¡Juzgados sí, torturados jamás!

Fraternalmente,

CIUDADANOS EN APOYO A LOS DERECHOS HUMANOS


[1] Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, suscrito por Nuevo león el 10 de junio de 2005

[2] Recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos No. 42/99

[3] Ley Federal del Trabajo, artículo 42: Son causas de suspensión temporal de las obligaciones de prestar el servicio y pagar el salario, sin responsabilidad para el trabajador y el patrón: III.- La prisión preventiva del trabajador seguida de sentencia absolutoria. . .

Legalidad y Estado de Derecho: también usurpados

04 de junio de 2009

Comunicado No. 0609/018BP

Legalidad y Estado de Derecho: también usurpados

Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A. C. (CADHAC), organización de la sociedad civil sin fines de lucro que desde 1993 se dedica a la promoción y defensa integral de los derechos humanos, por este conducto manifestamos nuestra total reprobación a las anticonstitucionales acciones realizadas recientemente en Michoacán y en Nuevo León por el Poder Ejecutivo Federal a través de la Procuraduría General de la República y del Ejército Mexicano.

Las detenciones de alcaldes, policías y otros funcionarios de seguridad pública de las mencionadas entidades federativas constituyen violaciones a su soberanía, así como a las garantías de seguridad jurídica previstas en los artículos 14, 16 y 21 de la Constitución y en diversos tratados internacionales de aplicación obligatoria para México.

Apoderarse de los derechos que legítimamente pertenecen a otros constituye una usurpación, especialmente grave cuando se hace uso de la violencia, como en estos casos, ya que las autoridades federales no ciñeron su actuar a los mandatos Constitucionales: no respetaron el debido proceso, incurrieron en detenciones ilegales y arbitrarias al convertir las órdenes de presentación en detenciones, no respetaron los convenios de coordinación pactados con las entidades federativas en materia de seguridad pública, contaron con la prohibida participación de fuerzas del ejército e hicieron uso del arraigo considerado violatorio de derechos humanos por el Grupo de Trabajo sobre Detenciones arbitrarias de las Naciones Unidas.

Condenamos enérgicamente los actos de tortura y otros malos tratos efectuados en perjuicio de algunos de los detenidos, reportados a nuestra organización. La tortura está absolutamente prohibida en cualquier circunstancia y su aplicación produce siempre impunidad e injusticia. No es válido aplicar las viciadas prácticas de investigación que comúnmente utilizan los elementos policíacos en perjuicio de la ciudadanía; su uso es reprobable en todos los casos. Exigimos a las Comisiones Estatal y Nacional de Derechos Humanos su intervención urgente y transparente para documentar de forma eficaz el uso de tortura en estos operativos federales.

Las acciones del gobierno federal son un grave rompimiento del Estado de Derecho, lo cual, en el entorno electoral y lleno de confusión que se vive en el país, sólo ha dado lugar a un gran espectáculo mediático y coyuntural que impactará indebidamente el ejercicio democrático en las próximas elecciones y que repercute negativamente en la situación de derechos humanos en el país.

Exhortamos a todos los distintos actores de sociedad a manifestarse pacíficamente en contra de los mencionados hechos, reprobando el actuar de las autoridades federales y exigiendo el respeto de la Constitución y el federalismo y los derechos humanos.

Fraternalmente,

CIUDADANOS EN APOYO A LOS DERECHOS HUMANOS

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