No más impunidad ante la grave crisis de violencia de género en Nuevo León

En el marco del Día Internacional de las Mujeres expresamos preocupación e indignación ante la alarmante situación de la violencia de género que ocurre en Nuevo León.

El alto número de feminicidios, desaparición de mujeres, delitos de violencia familiar y sexual es inaceptable. Nuevo León se encuentra en los primeros lugares a nivel nacional en delitos relacionados con la violencia contra las mujeres, lo que confirma la existencia de una grave crisis de violencia de género. Es necesario visibilizar esta situación y enfrentarla de manera urgente.

La mayoría de las mujeres en Nuevo León, el 68.1%, ha experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida. También es preocupante que el 54.5% de la población considera que las mujeres comparten la responsabilidad de ser agredidas por su forma de vestir. La entidad ocupa los terceros lugares nacionales en casos de violencia familiar, violaciones y trata de personas. Asimismo, en lo que va del año se han registrado 33 mujeres desaparecidas, 35% del total, de las cuales el 45% son menores de 19 años.

La forma más extrema de estas violencias es el feminicidio, es decir, el asesinato de una mujer por razones de género. En este delito, Nuevo León ocupa el segundo lugar en el país. En 2022 se registraron 102 casos, la cifra más alta desde que el feminicidio fue incluido en el código penal estatal. Además, el estado cuenta con  cuatro de los diez municipios con más feminicidios a nivel nacional. El municipio de Juárez, en Nuevo León, es el municipio con más feminicidios en todo el país con 20 casos reportados; Escobedo está en cuarto lugar con 12, Guadalupe en quinto lugar con 11 casos y Monterrey en sexto lugar con 11 casos. 

Casos recientes como el de Jessica Guadalupe Alemán Rodríguez de 22 años, madre de dos hijos, quien fue detenida por la policía municipal de Escobedo, N. L. y falleció días después nos recuerdan que todos estos delitos no son sólo cifras, sino que tienen nombre y rostro; son historias de familias que quedan destrozadas por el dolor. 

Este 8 de marzo exigimos justicia para Jessica y su familia y para todas las víctimas de la violencia de género. Exigimos que se castigue a quienes sean responsables. Pues de no ser así, el sistema de justicia avala tácitamente que sigan ocurriendo estos delitos y continúe la impunidad. Es alarmante que en Nuevo León solo uno de cada cuatro feminicidios ha tenido una sentencia condenatoria, mientras que el resto siguen sin ser esclarecidos. Así, el 76% de los feminicidios quedan impunes, proporción más alta que el promedio nacional de 56.6 por ciento. 

Demandamos la implementación de estrategias efectivas para prevenir que las mujeres que viven en Nuevo León sigan siendo violentadas, desaparecidas y asesinadas. Es necesaria una procuración de justicia basada en el reconocimiento de la violencia estructural que sufren niñas, adolescentes y mujeres. Por ello, exigimos a la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León que investigue con debida diligencia y perspectiva de género todas las muertes violentas de mujeres y que se deslinde la responsabilidad penal de los culpables.

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