Resaltamos la fidelidad a su compromiso de seguimiento al Señor Jesús, abriendo caminos de protección y dignidad para hermanos migrantes centroamericanos, en momentos donde no había espacios para su acogida.
Su andar es inspirador, con su profundidad analítica de la realidad e interpretaciones que sin duda siempre iluminaron el caminar y seguirá presente a través de su vida y sus escritos.
Nuestras más sentidas condolencias y un abrazo de fuerza a su familia, seres queridos, para la Orden de Dominicos y para los y las compañeras que integran el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria.