20 de junio 2018
Acción Urgente 1806/04
Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos A.C (CADHAC) es una organización civil, apartidista y sin fines de lucro, que promueve y defiende los derechos humanos, en Nuevo León, México desde 1993. Por medio de la presente manifiesta su grave preocupación ante la política de Cero Tolerancia emitida por el Gobierno de los Estados Unidos de América. Nos unimos al llamado realizado por la Alianza por los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes México (Alianza MX), Coordinadora Institucional por los Derechos de la Niñez Guatemala (CIPRODENI), Red de Instituciones por los Derechos de la Niñez en Honduras (COIPRODEN) y la Red para la Infancia y la Adolescencia El Salvador (RIA El Salvador), ante tan grave situación.
A partir de mayo del 2018 la administración del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha adoptado nuevas medidas en su “Política de Cero Tolerancia” hacia los solicitantes de asilo provenientes de México y Centroamérica que huyen de la violencia y el crimen organizado. La respuesta de la Sociedad Civil es una política de CERO Tolerancia hacia las políticas de miedo que buscan disuadir la migración mediante prácticas violatorias de Derechos Humanos de Niñas, Niños y Adolescentes (NNA).
Sabemos de primera mano que la mayoría de NNA que viajan con sus familias huyen de la violencia. Podemos citar a Niñas, Niños y Adolescentes definiendo sus países de origen con frases como “la maldad está ahí”, “es muy precioso, pero hay mucha matancera” o “hay pura maldad, pura envidia”.
Observar con detenimiento el contexto de México y Centroamérica es parecido a ver a través de un caleidoscopio de violencias: con cada pequeño giro realizado al lente se descubre una violencia distinta. La infancia y la adolescencia de nuestros países lo saben, lo viven diariamente y por esa razón se ven orillados a abandonar sus hogares. Niñas, Niños y Adolescentes no migran por capricho, ni por diversión. El sueño americano ha dejado de ser aquel que se soñaba en la década de los años 70; el sueño americano que hoy persiguen miles de personas de México y Centroamérica se reduce a la cuestión más esencial: salvar la vida.
La lucha por la vida no es sencilla para las personas migrantes, quienes tienen que enfrentarse a múltiples peligros en su tránsito por el territorio mexicano y en el intento por cruzar hacia Estados Unidos. Desde 2014, México ha decidido implementar una política migratoria cada vez más rigurosa: El Plan Frontera Sur. Desde 2015, el gobierno mexicano ha deportado a más migrantes centroamericanos que el de Estados Unidos. Tan solo en el 2017 fueron deportados 82,237 personas.
Actualmente, a los peligros del tránsito irregular se suma la coyuntura de cero tolerancia del gobierno estadounidense. Quienes solicitan legalmente asilo en la frontera son criminalizadas y sometidas a un juicio, son víctimas de tratos indignos y múltiples formas de violencia. Como parte de esta política se ha implementado un proceso de separación de familias: Mientras los adultos enfrentan el proceso legal, los Niños, Niñas y Adolescentes son transferidos a albergues.
Datos oficiales del Departamento de Seguridad Interior (DHS) de los Estados Unidos arrojan que desde octubre del 2016 a febrero del 2018 se han separado a 1,800 Niñas, Niños y Adolescente de sus adultos de confianza: Padres, madres y familiares con quienes realizan el viaje. Tan solo en las semanas del 6 al 19 de mayo de este año, se han separado a 658 NNA. En ese tema, las cifras oficiales del gobierno estadounidense indican que se ha realizado la separación de al menos 2,458 familias, sin contar el período del 1 de marzo al 6 de mayo. Esto quiere decir que a la fecha, no existe una cifra exacta que permita dimensionar la cantidad exacta de familias separadas, ni la situación específica de cada una de las personas adultas o de las Niñas, Niños y Adolescentes.
En el contexto de múltiples violencias que comparten México, Guatemala, El Salvador y Honduras, resulta doblemente desolador que a su llegada a Estados Unidos, las Niñas, Niños y Adolescentes sean criminalmente separados de sus familias. De igual forma, desde una perspectiva histórica, la implementación de una práctica de separación de familias en pleno siglo XXI resulta profundamente dolorosa, pues nos recuerda los actos más infames cometidos por regímenes como el nazi durante la segunda guerra mundial o la dictadura en Argentina. Niñas, Niños y Adolescentes no son objetos que pueden utilizarse con fines políticos, no son rehenes ni moneda de cambio. La separación familiar que se ha exhibido por distintos medios de comunicación es violatoria a los Derechos Humanos y por lo tanto inaceptable desde cualquier punto de vista.
NO EXISTE UNA LEY QUE COMO TAL REQUIERA LA SEPARACIÓN DE LAS FAMILIAS.
DICHAS PRÁCTICAS NO FORMAN PARTE DE LOS PROCEDIMIENTOS LEGALES DE SOLICITUD DE REFUGIO. LA SEPARACIÓN FAMILIAR REPRESENTA UNA EXPERIENCIA SUMAMENTE TRAUMÁTICA PARA ADULTOS E INFANTES. SE TRATA DE UNA POLÍTICA ABSOLUTAMENTE INHUMANA QUE VIOLA EL DERECHO ELEMENTAL A UNA FAMILIA, ASÍ COMO EL PRINCIPIO DE INTERÉS SUPERIOR DE LA INFANCIA.
Por todo lo anterior, expresamos nuestra extrema preocupación ante la separación de Niñas, Niños y Adolescentes de sus familias como una práctica disuasiva para evitar la migración irregular hacia Estados Unidos. Además manifestamos nuestra absoluta condena al gobierno estadounidense ante el uso infame de la infancia y la adolescencia migrante como botín político. Ante esto,
EXIGIMOS:
Al gobierno de México:
- Eliminación de las prácticas de detención en México, pues si bien en la legislación está prohibida, en la realidad aún se tiene conocimiento de prácticas análogas.
- Respuesta diplomática contundente ante las embajadas estadounidenses por el trato inhumano que le dan a sus Niños, Niñas y Adolescentes en la frontera de Estados Unidos.
- Seguimiento y apoyo jurídico a los casos de repatriación de familias que han sido separadas: Tanto para los adultos, como para las Niñas, Niños y Adolescentes que se encuentran separados (unos en albergues dentro de Estados Unidos o México y otros en su país de origen), para lograr la reunificación familiar a la brevedad.
Al gobierno de Estados Unidos:
- Respetar y salvaguardar los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes que se encuentren en el territorio estadounidense, sin importar su condición migratoria.
- Tener una perspectiva civil, apegada a los Derechos Humanos respecto a la migración irregular y detener la perspectiva criminal.
- Actuación conforme a derecho del Sistema de Justicia Estadounidense, en virtud de que se violenta el debido proceso de las Niñas, Niños y Adolescentes migrantes y sus familias en su derecho a estar juntos en territorio estadounidense.
- Transparentar la información respecto a la cantidad exacta de familias separadas; así como las razones, el estatus legal que tienen y la ubicación de todos sus miembros.
- La implementación de medidas reparatorias del daño para aquellas familias que han sido separadas para que puedan reunificarse a la brevedad con sus seres queridos.
- Eliminación total de la política de separación familiar a los grupos solicitantes de asilo.
- Establecimiento en ordenamientos legales correspondientes la prohibición de la separación familiar bajo cualquier situación, a excepción de la vulneración del interés superior de la infancia.
A los órganos de Protección de Derechos Humanos del Sistema de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos:
- Supervisión atenta de las políticas migratorias que atenten contra los derechos humanos.
- Exigir al gobierno de los Estados Unidos la pronta eliminación de las prácticas de separación de familias en la frontera.